Qué fácil es dejar de ver ahora una película cuando una vez puesta ves que es mala. No es que antes no se pudiera, pero con las cintas vhs, el dvd... había que ponerlas, quitarlas, devolverlas al videoclub... ¿Y en el cine? Hay que pagar un pastón ¿te vas a salir porque la película es mala? Ahora es tan fácil, con los archivos en el disco duro...
El ex de Madonna Guy Ritchie se repite hasta la saciedad y basta ver quince minutos de esta película para comprobar que es más de lo mismo, más de Lock & Stock y Snatch. Cerdos y diamantes. Se da al stop y se elige otra.
La siguiente elegida sí es una buena pelicula. 2008, Festival de Berlín, Premio del Público. Es un drama basado en hechos reales. Con el cisma palestino-israelí como telón de fondo, Salma, una viuda palestina, decide librar una batalla contra el ministro de Defensa de Israel, cuya casa linda con su campo de limoneros, en la frontera entre Israel y los Territorios Ocupados. La policía no tarda en decretar que los árboles de Salma representan una auténtica amenaza para el ministro de Defensa y su familia, y ordena que se talen. Piensa que entre los árboles pueden esconderse terroristas y aunque tiene un buen número de guardaespaldas y militares protegiendo el lugar su equipo de seguridad no está satisfecho. Pero Salma, la vecina decide luchar para salvar sus árboles, la mujer está sola, con una existencia triste y en ello va su vida. Es una aprete sencilla y pequeña fábula de la lucha de clases llevada a los extremos, la seguridad del ministro de defensa que viven muy cómodamente contra la subsistencia de una mujer sola que vive modestamente de lo que le dan los limones. La narrativa es pausada con una fotografía que resalta los tonos marrones que son como el color oficial del Oriente Medio. Sin embargo cuando vemos el amarillo intenso de los limones cuando caen ya maduros los significados se redoblan. Las miradas de las dos mujeres -la mujer del ministro que no ve el asunto con buenos ojos y la mirada de su forzada vecina Salma dueña de los limoneros- entrecruzándose entre las vallas y los limones la peli adquiere una gran intensidad. La resolución del conflicto es de alto nivel visual y cinematográfico donde otros personajes como el abogado que ayuda a Salma toman una especial relevancia y redondean una obra mucho más que estimable.
El ex de Madonna Guy Ritchie se repite hasta la saciedad y basta ver quince minutos de esta película para comprobar que es más de lo mismo, más de Lock & Stock y Snatch. Cerdos y diamantes. Se da al stop y se elige otra.
La siguiente elegida sí es una buena pelicula. 2008, Festival de Berlín, Premio del Público. Es un drama basado en hechos reales. Con el cisma palestino-israelí como telón de fondo, Salma, una viuda palestina, decide librar una batalla contra el ministro de Defensa de Israel, cuya casa linda con su campo de limoneros, en la frontera entre Israel y los Territorios Ocupados. La policía no tarda en decretar que los árboles de Salma representan una auténtica amenaza para el ministro de Defensa y su familia, y ordena que se talen. Piensa que entre los árboles pueden esconderse terroristas y aunque tiene un buen número de guardaespaldas y militares protegiendo el lugar su equipo de seguridad no está satisfecho. Pero Salma, la vecina decide luchar para salvar sus árboles, la mujer está sola, con una existencia triste y en ello va su vida. Es una aprete sencilla y pequeña fábula de la lucha de clases llevada a los extremos, la seguridad del ministro de defensa que viven muy cómodamente contra la subsistencia de una mujer sola que vive modestamente de lo que le dan los limones. La narrativa es pausada con una fotografía que resalta los tonos marrones que son como el color oficial del Oriente Medio. Sin embargo cuando vemos el amarillo intenso de los limones cuando caen ya maduros los significados se redoblan. Las miradas de las dos mujeres -la mujer del ministro que no ve el asunto con buenos ojos y la mirada de su forzada vecina Salma dueña de los limoneros- entrecruzándose entre las vallas y los limones la peli adquiere una gran intensidad. La resolución del conflicto es de alto nivel visual y cinematográfico donde otros personajes como el abogado que ayuda a Salma toman una especial relevancia y redondean una obra mucho más que estimable.
Desde que asisto a conciertos donde interviene un pianista con una persona que le pasa las páginas de las partituras siempre me ha interesado esa figura que justamente queda siempre al margen, por detrás del pianista y saliendo casi a escondidas una vez finalizado el concierto. Siempre se ha dicho que son estudiantes de música ya que hay saber leer una partichela, pero no sólo eso sino también tener una buena compenetración con el artista principal. Bien pues el director de esta película ha pensado que se podía escribir un guión en el que la protagonista o coprotagonista fuera un personaje dedicado a este asunto. Melanie deja de tocar el piano a los 10 años de edad debido a la actitud displicente de la presidenta del jurado del conservatorio, la Sra Fouchecourt. Diez años más tarde, Melanie llega a ser la nana del hijo de la Sra. Fouchecourt que, impresionada por su sensibilidad por la música, la convierte en su pasadora de páginas. Argumento totalmente desaprovechado que resuena a La mano que mece la cuna a la francesa, sin tensión y sin casi interés. Podría llamarse La mano que pasa la hoja. Porque aunque el autor quiera darle un escaso ritmo a lo Michael Haneke la cosa no funciona. El pulso es lento y la protagonista quiere servir la venganza tan fría que al final no hay quien la tome., está aguada.Es una película prescindible, aunque había que verla para la colección de películas Cine y Música.
Esta película también está dentro del apartado Cine y Música, aunque es frontalmente distinta. Los presupuestos -y no sólo económicos- son muy distintos. La cinematografía mexicana es tan desconocida en España comparada con la francesa que sólo nos llegan películas de auténticos francotiradores del cine. Aquí música está en un lugar excelente dentro del argumente del film.
Don Plutarco, su hijo Genaro y su nieto Lucio llevan una doble vida. Por una parte, son humildes músicos rurales y, por otra, apoyan activamente al movimiento guerrillero campesino contra el gobierno opresor. Cuando el ejército invade el pueblo, los rebeldes deben huir y abandonar las municiones. Haciendo valer su apariencia de inofensivo violinista, Don Plutarco tiene un plan: recuperar las municiones escondidas en su maizal. Su música embelesa al capitán, pero falta recoger las municiones. El filme rodado en blanco y negro era en principio el cortometraje fin de carrera de su autor. Tiene ese aire fresco de lo nuevo y experimental. Es muy realista, violenta, poética, original, rodada con actores no profesionales. Apenas no ha tenido apenas distribución. En México se estrenó dos años después de haberlo hecho en Europa con cierto éxito de festivales. Es una buena película para la colección de Cine y Música, ya que sin ser protagonista de la historia el instrumento musical se adueña por momentos de la historia y la música interpretada por el violinista/manco/anciano cobra un protagonismo musico-poético del altura, tanto como para que el director con acierto decidiera concederle incluso el título de la película.
Inicié la colección de esta serie de comic/cedés hace ya algunos años con el que creo que era el primero dedicado a Tete Montoliú. El editar un librodisco es ahora una cosa poco novedosa en estos tiempos de sequía de la industria musical donde con tal de vender se hacen no sólo librodiscos sino latadiscos, vinilos, cofres, deuvedés más cedés... Yo conocí por primera vez el librodisco de la mano de El Europeo, antigua revista de cultura reconvertida en sello discográfico. Conservo alguno de ellos como aunténticas joyas e imposibles de conseguir. Cuando dí con el ejemplar de Montoliú conocí esto que podríamos llamar comic/cedé, una variante de lo anterior bastante arriesgada. Bien es cierto que desde hacía años se distribuían algo similar en versión francesa, pero claro no en castellano. Nunca he sido muy aficionado a los cómics desde que dejé de leer a Mortadelo y Filemón, pero esto me interesaba. Una reducida historia del músico espléndidamente dibujada al tiempo que acompañada de dos discos con lo mejor de dicho músico. Despúes de Tete Montoliú vino Vinicius de Moraes, Billy Hollday, Chet Baker... hasta este de Miles Davis. No por que fuera muy conocida la vida de Miles deja de tener este cd/comic ni mucho menos. Es interesante leer dibujada aunque sea muy escuetamente la vida de este gran renovador del jazz acompañada de dos cd´s con lo mejor ¿cabe en dos cd´s? del malhumorado Davis. Hay que felicitar estas publicaciones y creo además que es un posible camino hacia la luz en la crisis discográfica, el ofrecer algo más que lo estrictamente musical en el producto a vender, siempre que sea con calidad, como es el caso.
Este libro es un repaso por la historia la discográfica. ECM (de la wikipedia) es un sello musical alemán fundado por el músico y productor Manfred Eicher, a finales de la década del 60. Su primera edición fue Free at last, de Mal Waldron (1969). Las siglas ECM significan Edition of Contemporary Music (edición de música contemporánea). ECM es mundialmente reconocido como una discográfica de jazz, aunquen también ha explorado más allá de las fronteras de esa música. Es un sello muy reputado entre las personas aficionadas al jazz más actual, tanto por la selección de sus artistas, como por sus cuidadas ediciones musicales.
La filosofía musical de ECM se puede sintetizar en una frase: "El buen arte de escuchar". Igualmente su política empresarial se ha basado en la calidad de sus artistas, entre los que se cuentan Chick Corea, Keith Jarrett, Jam Garbarek, Bill Connors, Gary Burton entre otros muchos. El sello nació en unos momentos en que el rock estaba en pleno auge y el jazz comenzaba cierta decadencia. Aun así, Eicher apostó por producir una música relajada, emocional, intimista, y por qué no decirlo, intelectual, a veces con toques místicos y sobre todo alejada de los cánones comerciales comunes. Si tuviésemos que usar una etiqueta fácil y simplificativa de la música del sello ECM, sería "jazz de vanguardia". Aunque la variedad y colorido de los artistas de su escudería se extiende a artistas tan variados, polifacéticos y conocidos entre los aficionados al jazz como Egberto Gismonti, John Abercrombie, Bill Connors, Par Metheny, Gary Peacock, Miroslav Vitous, Dave Holland, Charly Haden, Eddie Gomez, Marc Johnson, Palle Danielsson, Stanley Clark, Jaco Pastorius, Jack Dejohnette.
Esta discográfica es conocida, sobre todo, por sus grabaciones de jazz, aunque también se ha interesado por muy diversos estilos, como el folk y la música llamada "world". Dentro de este último estilo destacan las grabaciones de folk de Jan Garbarek, así como la obra de Steve Tibbetts y Stephan Micus, también las grabaciones del músico tunecino Anouar Bahem, el violinista indú L. Shankar y el percusionista brasileño Nana Vasconcelos. De esta forma, ECM ha hecho una gran tarea para el mundo de la música, dando a conocer a los aficionados al jazz a músicos y estilos musicales de culturas, en principio, ajenas a esta música
La división ECM New Series, era creada en los años 1980 para concentrar las obras de música clásica. Han editado obras y autores que van desde los más tempranos como Thomas Tallis a los más contemporáneos, como Arvo Part o Steve Reich. Keith Jarrett, muy conocido como músico de jazz, ha grabado también varios discos de música clásica de obras de Bach, Mozart, Shostakovich.
Estos comentarios explican perfectamente lo que significa la discográfica ECM para el mundo de la música. Yo soy un ferviente admirador con numerosos discos en mi colección. En su contra habría que decir que suelen ser caros y hay pocos sitios en España donde se distribuyan. También por ser una compañia moderna a veces incluyen discos con artistas de los que es difícil diferenciar si lo que hacen es música u otro tipo de arte sonoro. El libro está profusamente ilustrado, con excelentes fotografías, las portadas han creado un estilo propio debido a su simplicidad en el diseño y a su alta calidad fotográfica. No es un libro para leer de manera convencional -es algo grande y pesado- sino para degustar a lo largo de mucho tiempo dedicándole pequeños momentos de grata lectura.
Esta antología de poesía china me la regaló Maria Isabel a primeros de año. Estaba en ese estante donde tengo libros reservados con intención de leerlos en un futuro próximo. Procuro leeerlos antes de que acabe el año en curso. Se suelen acumular incluso ocupando otra balda más, pero en ocasiones cuando dispongo de algo más tiempo libre hago una especie de liquidación de lecturas previstas. Además esos libros, al reposar durante unos meses en la balda parece como que adquieren otro cariz distinto al de novedad y se convierten en una especie de clásico que está esperándome para ser devorado. Lejos de perder interés, lo ganan. Me hice con ellos porque podrían desaparecer, de hecho ahora se retiran las novedades a una velocidad vertiginosa. Pasadas tan sólo unas semanas desde su publicación puede ser bastante difícil de conseguir un libro interesante. Existen otros libros en otra parte de la habitación ocupando un espacio de empezados, libros que no requieren una lectura continuada -sobre todo poesía y ensayo- y que se terminan en el momento más inesperdado. Algo parecido ocurre con la música grabada, se apilan los discos -a veces demasiados- y se van descubriendo cuando se puede, por ejemplo en una convalecencia como la que me ocupa este verano.
Los poemas de este libro no son haikus, no son tan breves ni tiene esa intención tan de observador que tienen los creadores de ese tan increíble género poético. Son más convencionales en ese sentido, pero igualmente interesantes. Es un trabajo de investigación por parte de Alfredo Gómez Gil verdaderamente de altura. Lo subtitula como los dos períodos de oro de la literatura china y después lo divide en las etapas en que durabanlas distintas dinastias y dentro de estas los diferenttes autores. Es un estupendo espléndido para leer en pequeñas dosis. Ahí va una al azar.
Desde mucho antes de saber de su fallecimiento a primeros del año pasado tenía ganas de leer una antología de este gran autor. Había leído poemas sueltos y en estos día de quietud forzada me he liquidado sin sentir la antología que tenía reservada desde hacía meses. Me caía bien este poeta, por su actitud vital teniendo en cuenta las dificultades por las que pasó por la vida y que ahora uno de sus grandes amigos -Luis García Montero- ha escrito en una biografía novelada que algún día tendré que leer (Mañana no será lo que Dios quiera).
González, nacido en Oviedo en septiembre de 1925, era uno de los grandes poetas españoles del siglo XX. Ha sido merecedor de premios como el Príncipe de Asturias de las Letras y el Reina Sofía de Poesía Hispanoamericana. Además era miembro de la Real Academia Española. Como el propio Ángel González se encargó de aclarar, su poesía responde a que fue "larga y prematuramente adiestrado en el ejercicio de la paciencia y en la cuidadosa restauración de ilusiones sistemáticamente pisoteadas". El comienzo de la Guerra Civil le sorprendió en Asturias. Tras la ruptura del cerco de Oviedo, su hermano decide marcharse a León, donde fue detenido y fusilado por los falangistas. El otro hermano del joven Ángel se exilió y su hermana se quedó sin trabajo. Ángel hablaba muy bajito, con acento asturiano. En cierta forma hablaba como escribía, sin la menor pedantería ni solemnidad. Con frases sencillas, pero muy ingeniosas, como si las llevara pensando muchos años. Parecía siempre feliz, la vida le había dejado heridas pero no resentimiento. Le gustaba ver el fútbol, y seguía a los equipos de su tierra, el Oviedo y el Sporting, aunque en los últimos años no le dieran muchas alegrías. Ejercía de asturiano y a la vez detestaba todo nacionalismo. Quizá por eso no le gustaba mucho ver los partidos de la selección. "Tanta bandera junta me asusta", dijo un día. Pese a su mala salud no renunció al tabaco. Ni a un buen whisky en el Kontiki, su bar de la esquina, en la plaza de San Juan de la Cruz, una extensión social de su propia casa. Allí almorzaba muchos días, allí una camarera brasileña le regañaba como a un niño malo para que terminara el plato. "Está muy flaco, Don Ángel". Y él, obediente, comía. No tuvo hijos. Y aparte de su mujer, Susi, apenas tenía parientes. Sin embargo estaba siempre acompañado por una entusiasta familia postiza, la de sus amigos: Benjamín Prado, Almudena Grandes, Luis García Montero, Caballero Bonald, Joaquín Sabina , Javier Rioyo y Juan Cruz, entre otros.
Nada, nadie, nada.
No estoy donde estaba.
No esto, simplemente.
Así,
de repente,
me desvanecí
sin dejar vestigio.
CANCIÓN DE INVIERNO Y DE VERANO
Cuando es invierno en el mar del Norte
es verano en Valparaíso.
Los barcos hacen sonar sus sirenas al entrar en el
puerto de Bremen con jirones de niebla y de hielo
en sus cabos,
mientras los balandros soleados arrastran por la superficie del Pacífico Sur
bellas bañistas.
Eso sucede en el mismo tiempo,
pero jamás en el mismo día.
Porque cuando es de día en el mar del Norte
—brumas y sombras absorbiendo restos
de sucia luz—
es de noche en Valparaíso
-rutilantes estrellas lanzando agudos dardos
a las olas dormidas.
Cómo dudar que nos quisimos,
que me seguía tu pensamiento
y mi voz te buscaba -detrás,
muy cerca, iba mi boca.
Nos quisimos, es cierto, y yo sé cuánto:
primaveras, veranos, soles, lunas.
Pero jamás en el mismo día.
Esta película también está dentro del apartado Cine y Música, aunque es frontalmente distinta. Los presupuestos -y no sólo económicos- son muy distintos. La cinematografía mexicana es tan desconocida en España comparada con la francesa que sólo nos llegan películas de auténticos francotiradores del cine. Aquí música está en un lugar excelente dentro del argumente del film.
Don Plutarco, su hijo Genaro y su nieto Lucio llevan una doble vida. Por una parte, son humildes músicos rurales y, por otra, apoyan activamente al movimiento guerrillero campesino contra el gobierno opresor. Cuando el ejército invade el pueblo, los rebeldes deben huir y abandonar las municiones. Haciendo valer su apariencia de inofensivo violinista, Don Plutarco tiene un plan: recuperar las municiones escondidas en su maizal. Su música embelesa al capitán, pero falta recoger las municiones. El filme rodado en blanco y negro era en principio el cortometraje fin de carrera de su autor. Tiene ese aire fresco de lo nuevo y experimental. Es muy realista, violenta, poética, original, rodada con actores no profesionales. Apenas no ha tenido apenas distribución. En México se estrenó dos años después de haberlo hecho en Europa con cierto éxito de festivales. Es una buena película para la colección de Cine y Música, ya que sin ser protagonista de la historia el instrumento musical se adueña por momentos de la historia y la música interpretada por el violinista/manco/anciano cobra un protagonismo musico-poético del altura, tanto como para que el director con acierto decidiera concederle incluso el título de la película.
Inicié la colección de esta serie de comic/cedés hace ya algunos años con el que creo que era el primero dedicado a Tete Montoliú. El editar un librodisco es ahora una cosa poco novedosa en estos tiempos de sequía de la industria musical donde con tal de vender se hacen no sólo librodiscos sino latadiscos, vinilos, cofres, deuvedés más cedés... Yo conocí por primera vez el librodisco de la mano de El Europeo, antigua revista de cultura reconvertida en sello discográfico. Conservo alguno de ellos como aunténticas joyas e imposibles de conseguir. Cuando dí con el ejemplar de Montoliú conocí esto que podríamos llamar comic/cedé, una variante de lo anterior bastante arriesgada. Bien es cierto que desde hacía años se distribuían algo similar en versión francesa, pero claro no en castellano. Nunca he sido muy aficionado a los cómics desde que dejé de leer a Mortadelo y Filemón, pero esto me interesaba. Una reducida historia del músico espléndidamente dibujada al tiempo que acompañada de dos discos con lo mejor de dicho músico. Despúes de Tete Montoliú vino Vinicius de Moraes, Billy Hollday, Chet Baker... hasta este de Miles Davis. No por que fuera muy conocida la vida de Miles deja de tener este cd/comic ni mucho menos. Es interesante leer dibujada aunque sea muy escuetamente la vida de este gran renovador del jazz acompañada de dos cd´s con lo mejor ¿cabe en dos cd´s? del malhumorado Davis. Hay que felicitar estas publicaciones y creo además que es un posible camino hacia la luz en la crisis discográfica, el ofrecer algo más que lo estrictamente musical en el producto a vender, siempre que sea con calidad, como es el caso.
Este libro es un repaso por la historia la discográfica. ECM (de la wikipedia) es un sello musical alemán fundado por el músico y productor Manfred Eicher, a finales de la década del 60. Su primera edición fue Free at last, de Mal Waldron (1969). Las siglas ECM significan Edition of Contemporary Music (edición de música contemporánea). ECM es mundialmente reconocido como una discográfica de jazz, aunquen también ha explorado más allá de las fronteras de esa música. Es un sello muy reputado entre las personas aficionadas al jazz más actual, tanto por la selección de sus artistas, como por sus cuidadas ediciones musicales.
La filosofía musical de ECM se puede sintetizar en una frase: "El buen arte de escuchar". Igualmente su política empresarial se ha basado en la calidad de sus artistas, entre los que se cuentan Chick Corea, Keith Jarrett, Jam Garbarek, Bill Connors, Gary Burton entre otros muchos. El sello nació en unos momentos en que el rock estaba en pleno auge y el jazz comenzaba cierta decadencia. Aun así, Eicher apostó por producir una música relajada, emocional, intimista, y por qué no decirlo, intelectual, a veces con toques místicos y sobre todo alejada de los cánones comerciales comunes. Si tuviésemos que usar una etiqueta fácil y simplificativa de la música del sello ECM, sería "jazz de vanguardia". Aunque la variedad y colorido de los artistas de su escudería se extiende a artistas tan variados, polifacéticos y conocidos entre los aficionados al jazz como Egberto Gismonti, John Abercrombie, Bill Connors, Par Metheny, Gary Peacock, Miroslav Vitous, Dave Holland, Charly Haden, Eddie Gomez, Marc Johnson, Palle Danielsson, Stanley Clark, Jaco Pastorius, Jack Dejohnette.
Esta discográfica es conocida, sobre todo, por sus grabaciones de jazz, aunque también se ha interesado por muy diversos estilos, como el folk y la música llamada "world". Dentro de este último estilo destacan las grabaciones de folk de Jan Garbarek, así como la obra de Steve Tibbetts y Stephan Micus, también las grabaciones del músico tunecino Anouar Bahem, el violinista indú L. Shankar y el percusionista brasileño Nana Vasconcelos. De esta forma, ECM ha hecho una gran tarea para el mundo de la música, dando a conocer a los aficionados al jazz a músicos y estilos musicales de culturas, en principio, ajenas a esta música
La división ECM New Series, era creada en los años 1980 para concentrar las obras de música clásica. Han editado obras y autores que van desde los más tempranos como Thomas Tallis a los más contemporáneos, como Arvo Part o Steve Reich. Keith Jarrett, muy conocido como músico de jazz, ha grabado también varios discos de música clásica de obras de Bach, Mozart, Shostakovich.
Estos comentarios explican perfectamente lo que significa la discográfica ECM para el mundo de la música. Yo soy un ferviente admirador con numerosos discos en mi colección. En su contra habría que decir que suelen ser caros y hay pocos sitios en España donde se distribuyan. También por ser una compañia moderna a veces incluyen discos con artistas de los que es difícil diferenciar si lo que hacen es música u otro tipo de arte sonoro. El libro está profusamente ilustrado, con excelentes fotografías, las portadas han creado un estilo propio debido a su simplicidad en el diseño y a su alta calidad fotográfica. No es un libro para leer de manera convencional -es algo grande y pesado- sino para degustar a lo largo de mucho tiempo dedicándole pequeños momentos de grata lectura.
Esta antología de poesía china me la regaló Maria Isabel a primeros de año. Estaba en ese estante donde tengo libros reservados con intención de leerlos en un futuro próximo. Procuro leeerlos antes de que acabe el año en curso. Se suelen acumular incluso ocupando otra balda más, pero en ocasiones cuando dispongo de algo más tiempo libre hago una especie de liquidación de lecturas previstas. Además esos libros, al reposar durante unos meses en la balda parece como que adquieren otro cariz distinto al de novedad y se convierten en una especie de clásico que está esperándome para ser devorado. Lejos de perder interés, lo ganan. Me hice con ellos porque podrían desaparecer, de hecho ahora se retiran las novedades a una velocidad vertiginosa. Pasadas tan sólo unas semanas desde su publicación puede ser bastante difícil de conseguir un libro interesante. Existen otros libros en otra parte de la habitación ocupando un espacio de empezados, libros que no requieren una lectura continuada -sobre todo poesía y ensayo- y que se terminan en el momento más inesperdado. Algo parecido ocurre con la música grabada, se apilan los discos -a veces demasiados- y se van descubriendo cuando se puede, por ejemplo en una convalecencia como la que me ocupa este verano.
Los poemas de este libro no son haikus, no son tan breves ni tiene esa intención tan de observador que tienen los creadores de ese tan increíble género poético. Son más convencionales en ese sentido, pero igualmente interesantes. Es un trabajo de investigación por parte de Alfredo Gómez Gil verdaderamente de altura. Lo subtitula como los dos períodos de oro de la literatura china y después lo divide en las etapas en que durabanlas distintas dinastias y dentro de estas los diferenttes autores. Es un estupendo espléndido para leer en pequeñas dosis. Ahí va una al azar.
FLAUTA EN LA CIUDAD PRIMAVEAL DE LE YAN
¿Quién arpegia la flauta?
Su primaveral tañido
llega a los recovecos de la ciudad
en notas de volandera despedida.
Y en esta vernal noche
¿quién evita la nostalgia?
Decidme... ¿quién?
¿Quién arpegia la flauta?
Su primaveral tañido
llega a los recovecos de la ciudad
en notas de volandera despedida.
Y en esta vernal noche
¿quién evita la nostalgia?
Decidme... ¿quién?
Desde mucho antes de saber de su fallecimiento a primeros del año pasado tenía ganas de leer una antología de este gran autor. Había leído poemas sueltos y en estos día de quietud forzada me he liquidado sin sentir la antología que tenía reservada desde hacía meses. Me caía bien este poeta, por su actitud vital teniendo en cuenta las dificultades por las que pasó por la vida y que ahora uno de sus grandes amigos -Luis García Montero- ha escrito en una biografía novelada que algún día tendré que leer (Mañana no será lo que Dios quiera).
González, nacido en Oviedo en septiembre de 1925, era uno de los grandes poetas españoles del siglo XX. Ha sido merecedor de premios como el Príncipe de Asturias de las Letras y el Reina Sofía de Poesía Hispanoamericana. Además era miembro de la Real Academia Española. Como el propio Ángel González se encargó de aclarar, su poesía responde a que fue "larga y prematuramente adiestrado en el ejercicio de la paciencia y en la cuidadosa restauración de ilusiones sistemáticamente pisoteadas". El comienzo de la Guerra Civil le sorprendió en Asturias. Tras la ruptura del cerco de Oviedo, su hermano decide marcharse a León, donde fue detenido y fusilado por los falangistas. El otro hermano del joven Ángel se exilió y su hermana se quedó sin trabajo. Ángel hablaba muy bajito, con acento asturiano. En cierta forma hablaba como escribía, sin la menor pedantería ni solemnidad. Con frases sencillas, pero muy ingeniosas, como si las llevara pensando muchos años. Parecía siempre feliz, la vida le había dejado heridas pero no resentimiento. Le gustaba ver el fútbol, y seguía a los equipos de su tierra, el Oviedo y el Sporting, aunque en los últimos años no le dieran muchas alegrías. Ejercía de asturiano y a la vez detestaba todo nacionalismo. Quizá por eso no le gustaba mucho ver los partidos de la selección. "Tanta bandera junta me asusta", dijo un día. Pese a su mala salud no renunció al tabaco. Ni a un buen whisky en el Kontiki, su bar de la esquina, en la plaza de San Juan de la Cruz, una extensión social de su propia casa. Allí almorzaba muchos días, allí una camarera brasileña le regañaba como a un niño malo para que terminara el plato. "Está muy flaco, Don Ángel". Y él, obediente, comía. No tuvo hijos. Y aparte de su mujer, Susi, apenas tenía parientes. Sin embargo estaba siempre acompañado por una entusiasta familia postiza, la de sus amigos: Benjamín Prado, Almudena Grandes, Luis García Montero, Caballero Bonald, Joaquín Sabina , Javier Rioyo y Juan Cruz, entre otros.
ARTE DE MAGIA
Sin moverme de mí,
desaparecí.
Nada por allá,
Sin moverme de mí,
desaparecí.
Nada por allá,
nada por aquí.
Nada, nadie, nada.
No estoy donde estaba.
No esto, simplemente.
Así,
de repente,
me desvanecí
sin dejar vestigio.
¿Quién hizo el prodigio?
La muerte es la mejor prestidigitadora.
CANCIÓN DE INVIERNO Y DE VERANO
Cuando es invierno en el mar del Norte
es verano en Valparaíso.
Los barcos hacen sonar sus sirenas al entrar en el
puerto de Bremen con jirones de niebla y de hielo
en sus cabos,
mientras los balandros soleados arrastran por la superficie del Pacífico Sur
bellas bañistas.
Eso sucede en el mismo tiempo,
pero jamás en el mismo día.
Porque cuando es de día en el mar del Norte
—brumas y sombras absorbiendo restos
de sucia luz—
es de noche en Valparaíso
-rutilantes estrellas lanzando agudos dardos
a las olas dormidas.
Cómo dudar que nos quisimos,
que me seguía tu pensamiento
y mi voz te buscaba -detrás,
muy cerca, iba mi boca.
Nos quisimos, es cierto, y yo sé cuánto:
primaveras, veranos, soles, lunas.
Pero jamás en el mismo día.
También he escuchado este estupendo disco donde se mezclan los poemas de Ángel González recitados por él mismo y también cantados por Pedro Guerra. Interesante.
Dos noticias recientes he leído sobre Bob Dylan. La primera hablaba de que la habían detenido a las afueras de Nueva Jersey. Los vecinos de un lujoso barrio alertaron a la policía de ver a un viejo desaliñado y sin afeitar que deambulaba por el barrio. Como si se tratara de la letra de una de sus canciones paseaba sin rumbo definido publicaba el Daily Mail. Dylan afirmó que simplemente paseaba por el barrio mirando casas que pudieran estar en venta. Hoy vuelvo a leer en El País otra noticia sobre él. Al parecer van a poner su voz a un navegador de coche. El intérprete de Blowin' in the wind afirmó: "Creo que sería interesante que puedas escuchar mi voz cuando busques direcciones. Diría algo así como: 'A la izquierda en la siguiente esquina... No, mejor a la derecha... ¿Sabes qué? Sigue recto". El cantante que definió la música de las últimas cuatro décadas, confesó en su programa de radio: "No creo que sea la persona indicada para orientar a nadie, yo siempre acabo en un lugar, la Avenida de la Soledad. Por suerte, no estoy completamente solo: Ray Charles me lleva hasta allí". Esta especie de introducción viene a cuento de que ayer ví I´m not there. 2007:
Nominación al Oscar a mejor actriz de reparto (Cate Blanchett). 2007: Venecia: Mejor actriz (Cate Blanchett) La película con un aire de documental, de cinema verité desarrolla un perfil del legendario músico Bob Dylan en el que siete personajes distintos (encarnados por conocidos actores y actrices) personifican diferentes aspectos de la vida personal y profesional del mítico cantante norteamericano. Bob Dylan cambió la música popular en los años 60 y, desde entonces y hasta hoy, nunca ha dejado de influenciar a músicos, escritores, poetas... en definitiva a la cultura en general. ¿Vale, de acuerdo, pero todo eso justifica que tuviera que hacerse esta película? Desde luego que no. Todo biopic de legendario artista implica unos riesgos que hay que asumir a la hora de encarar un proyecto así. Sin duda uno de los mayores peligros es caer en los tópicos y en las exageraciones. Lo primero que destacaría como negativo de este palícula es eso precisamente, la exageración en la interpretación de Cate Blanchett haciendo de Bob Dylan o similar. ¡Que maravilla de papel! pensaría ella ¡qué lucimiento voy a tener.!Ya, claro, pero ¿se lo va a creer alguien? Yo al menos no. El director diría: vamos a hacer una peli guay, cool, moderna, te vas a enterar. Voy a coger a actores conocidos, al todavía vivo Heath Leager, voy a dar el papel de su vida a Richard Gere para resarcirse de Oficial y Caballero, que ya es hora, Christian Bale... En fin soyyyyy guaaaayyyyyy y encima me lo llevo muerto. Hay por encima de todo una debilidad narrativa en esta palícula. La mezcla de géneros, seudodoc, cambio de épocas y de estilos, hay una impostura generalizada de hacer una gran obra. Ya se ha comentado mucho esto, la gran obra tiene que ser pequeña, al menos en apariencia.
Sólo se salva eso sí la banda sonora de Dylan.
Nominación al Oscar a mejor actriz de reparto (Cate Blanchett). 2007: Venecia: Mejor actriz (Cate Blanchett) La película con un aire de documental, de cinema verité desarrolla un perfil del legendario músico Bob Dylan en el que siete personajes distintos (encarnados por conocidos actores y actrices) personifican diferentes aspectos de la vida personal y profesional del mítico cantante norteamericano. Bob Dylan cambió la música popular en los años 60 y, desde entonces y hasta hoy, nunca ha dejado de influenciar a músicos, escritores, poetas... en definitiva a la cultura en general. ¿Vale, de acuerdo, pero todo eso justifica que tuviera que hacerse esta película? Desde luego que no. Todo biopic de legendario artista implica unos riesgos que hay que asumir a la hora de encarar un proyecto así. Sin duda uno de los mayores peligros es caer en los tópicos y en las exageraciones. Lo primero que destacaría como negativo de este palícula es eso precisamente, la exageración en la interpretación de Cate Blanchett haciendo de Bob Dylan o similar. ¡Que maravilla de papel! pensaría ella ¡qué lucimiento voy a tener.!Ya, claro, pero ¿se lo va a creer alguien? Yo al menos no. El director diría: vamos a hacer una peli guay, cool, moderna, te vas a enterar. Voy a coger a actores conocidos, al todavía vivo Heath Leager, voy a dar el papel de su vida a Richard Gere para resarcirse de Oficial y Caballero, que ya es hora, Christian Bale... En fin soyyyyy guaaaayyyyyy y encima me lo llevo muerto. Hay por encima de todo una debilidad narrativa en esta palícula. La mezcla de géneros, seudodoc, cambio de épocas y de estilos, hay una impostura generalizada de hacer una gran obra. Ya se ha comentado mucho esto, la gran obra tiene que ser pequeña, al menos en apariencia.
Sólo se salva eso sí la banda sonora de Dylan.
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