domingo, 22 de noviembre de 2009

Ensayo El Mesias

Este fin de semana pensaba hacer una entrada dedicada a Jean Claude, la pareja de Christo que ha fallecido recientemente y con el que crearon ese curioso arte de envolver cosas desde cosas pequeñas hasta edificios. Siempre les he tenido una gran admiración pero dejaré la entrada para otro momento porque hoy prefiero hacerla del ensayo de El Mesías del que he hecho pocas entradas.



A partir de ahora los ensayos son el el Colegio de Médicos de Madrid, en la calle Santa Isabel, junto al museo Reina Sofía y justo detrás del Real Conservatorio Superior de Música. El sábado bien para llegar y aparcar por la zona, pero el domingo había una carrera popular y para estar a la hora puntualmente ha sido un infierno llegar. El lugar es curioso. El edificio grande y antiguo está casi todo reformado y actualizado arquitectónicamente excepto el auditorio que se mantiene tal cual debían hacer las lecciones de anatomía los médicos con sus alumnos. Los asientos son minúsculos y se está más que apretujado. El sábado fué para mí incomodísimo, no sé si porque era por la tarde y ya algo cansado o porqué pero me pareció más duro que el domingo, después de una buena cena y siete horas de sueño la mañana se me hizo mucho más agradable.



Cada vez suena mejor y ahora que ensayamos todos juntos da gusto oir a las diferentes cuerdas cantar por separado.











El lugar es ciertamente especial, aunque incómodo resulta agradable. Además esta vez la organización ha puesto unos buenos focos que dan suficiente luz y la partitura se ve muy bien.






En una sala de exposiciones junto al salón de actos hay una exposición sobre la gente y el proyecto de la Fundación Vicente Ferrer en la India.



Una fotos interesantes sobre Anantapur, la región donde este hombre santo llegó hace muchos  años y donde ha ayudado a tantas personas.






El director Javier Corcuera en plena faena. La verdad es que dirige muy bien, sabe mantener el interés mezclando rigor con momentos divertidos. Es estupendo.



Estos dos elementos son dos compañeros de cuerda que ya conozco desde el Carmina Burana. Cantan muy bien. Conviene ponerse al lado de gente que se sepa la partitura y sean además buena gente.



Como siempre hay menos hombres que mujeres, pero somos un buen número. Los del fondo vienen de un coro de Tomelloso. Me cuentan que les han pagado los gastos de viaje y estancia para que asistan a los ensayos y participen en los conciertos. Qué  buena cosa.





Es una gozada escuchar a las mujeres ensayar por cuerdas su parte, ver como las dirige Javier Corcuera y como reaccionan a sus indicaciones. Forman como un único instrumento musical y nosotros escuchando notamos sus cambios y correcciones y la verdad es que es como asistir a una clase de música, una clase privilegiada con tantas personas formando un solo instrumento.






Además clavan la partitura.












En el descanso me doy una vuelta. En el jardín disparo algunas fotos con las cámaras raras que llevo encima. Cámaras sin objetivo, de plástico, antiguas...



Abro puertas y veo estancias estupendas, que llevan a otros tiempos.






No podía faltar un retrato del insigne Ramón y Cajal.









Ha sido un ensayo estupendo con sólo una idea algo decepcionante: Algunos componentes
NO HEMOS PODIDO CONSEGUIR ENTRADAS.

Sinceramente creo que es un problema de organización, pero la verdad es que no quiero polemizar sobre ello, solo aprovechar desde este blog para decir que
SI ALGUIEN DEL CORO DISPONE O SABE DE ALGUIEN QUE DISPONGA DE UNA ENTRADA SE PONGA EN CONTACTO CONMIGO.
MUCHAS GRACIAS

2 comentarios:

Isabel Trejo dijo...

Me hubiera gustado estar contigo en el descanso visitando jardines y salas... pero me conformo leyendo como lo cuentas.

Alfonso Hervás dijo...

Da gusto veros en el ensayo. Se nota que disfrutas con esto: enhorabuena.
Alfonso