Desde que vivimos en Majadahonda hace un año hemos ido mas al teatro que en muchos otros antes. Si bien de jóvenes sí que lo hacíamos ahora llevábamos unos años en los que íbamos sí, pero menos. Los niños, vivir lejos del centro... Como este pueblo está dentro de la red de teatros de la Comunidad de Madrid vienen al menos una vez al mes una de las compañías que han estado durante el curso en la capital. Además el teatro está como a cinco minutos de casa andando. Es una gozada.
Conocido como Paco, el de Los Hombres de Paco, el sevillano Paco Tous parece que mantiene vivo el espíritu de cómico de los de pequeña compañía de toda la vida. Los Ulen son tres actorazos haciendo de mendigos en una obra que hizo que durante la representación se saliera algún bienpensante espectador ya que al tratarse de unos personajes marginales que viven al límite su lenguaje y algunas de las situaciones que reflejan no eran muy políticamente correctas. La escenografía está basada fundamentalmente en un gran cubo de basura con ruedas que funciona como decorado móvil. Es una obra esperpéntica a lo Valle, con canciones, burlas, sorna y mala uva. Es una gozada ver a los actores lucirse con unos papeles a medida.
A lo largo La Fiesta de los Jueces también se salió más de uno del público, pero teniendo en cuenta el tema y la forma en que se retrata el mundo de la judicatura en esta obra cabe pensar que alguno de los que se salían debía ser algún juez.. molesto por el tratamiento que se da al tema. Con el planteamiento de la frase ya famosa de la justicia es un cachondeo, esta obra es eso, una obra que se cachondea de los jueces -intocables- y de mundo judicial. Con un comienzo muy serio -que difícil hablar como los jueces- al rato la cosa va de parodiar y criticar eso que todo el mundo piensa y que nadie hasta ahora se atrevía a decir. Cantan, bailan, se pelean y todo con mucho ingenio y gags muy divertidos. Un buen rato, aunque no tanto para algún juez presente en la sala.
La Avería es una obra muy potente. De gran calado. Con grandes dosis de innovación y talento. De momento todos los actores menos uno salen con una extraordinaria máscara y ataviados con un vestuario espectacular, como espectacular son todos los elementos de la puesta en escena. La escenografía es un gran salón y parte de un jardín de una casa señorial. Allí se reúnen un grupo de ancianos para comer, beber y divertirse. Cuando llega un joven -el único no enmascarado- que ha tenido una avería con el coche los ancianos le invitan a pasar la noche y entrar en el juego de participar en un juicio ficticio que comenzará como un entretenimiento y terminará... Los actores están impresionantes a pesar de que no se les ve la cara pero se intuye una difícil y soberbia interpretación. También es una obra sobre la justicia y la ley, sobre la pérdida de humanidad... Una gran obra. La dirección corre a cargo de la actriz Blanca Portillo que destaca aquí como una genial directora.
Es probable que alguna de esta obras esté girando aún por España. Si se tiene oportunidad hay que verlas.
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