domingo, 15 de junio de 2008

San Antonio, San Antonio



Esta mañana de domingo he recorrido muy temprano la vacía carretera de Burgos para llegar a la salida de la carrera de San Antonio de la Florida. En casa se han quedado todos aún durmiendo. Hoy es el dia del deporte y el centro de Madrid está casi todo cortado con diferentes actividades deportivas. La de San Antonio de la Florida tiene cierta solera, aunque yo no la he hecho nunca. Es muy castiza ya que sale del paseo de Camoens en el parque de oeste y hay que dar dos vueltas por el paseo del Rey, Cuesta de San Vicente hacia la estación del Norte, San Antonio de la Florida, Avda. de Valladolid, Puente de los Franceses y otra vez para arriba hacia el parque del oeste por segunda vez.
Una vez allí el ritual es similiar al de siempre. Aparcar lo más cerca posible de la salida, hacer estiramientos, beber mucha agua y preparar el ipod. Decido escuchar el último disco de Lenny Kravitz.

No pinta mal el cd, parece bastante guitarrero y adecuado para comenzar la carrera. La gente tiene los coches abiertos, se van cambiando de ropa y preparando. Cada vez hay más corredores. Creo que inscritos hay mil ochocientos. Yo no estoy inscrito, se acabaron los dorsales hace ya algún tiempo. Voy hacia la salida y el ambiente es estupendo. Salida, disparo y a correr. Diez km por delante. Musica y empiezo a observar y sobre todo a pensar. Parece una tontería lo de pensar. Siempre se piensa claro. Pero durante una carrera a mi me pasa que entre la música y el procurar no pensar demasiado en el esfuerzo físico lo que hago es pensar/mirar de una manera quizá un poco especial. Durante el tiempo que dura la carrera, la mirada, el sentido de la observación tanto exterior como interior, un cierto sentido digamos de ojo fotográfico sentimental me ocupa la mente durante gran parte del recorrido. Lo primero que me llama la atención es la espalda de un corredor que va delante mía. Es un hombre bastante mayor y lleva escrito en la espalda aunque sea lo último que haga en mi vida. Eso es buen humor y moral, mucha moral. Hay varias personas muy gruesas, que también me parece curioso y encomiable. Empiezo a comprobar que después de una agradable bajada inicial, luego de un buen rato llano bastante largo, entonces comienza una cuesta de impresión. Además Lenny Kravitz se pone a cantar una balada. La verdad, yo creo que deberían estar prohibidas las baladas, componer baladas vamos. Bajo pena de una multa. No sirven para correr en competiciones y además me parecen cada vez más blandengues, algo pasteleras. Vamos que ahora no necesito baladas. Veo a un hombre que corre empujando un carrito de niño con un bebé sentado y otro de unos cinco o seis años de pie en el carrito. Otro con muchas ganas. De pronto pienso el porqué de los nombres de las carreras. Muchas tienen nombres de santos. Será para poder encomendarse a ellos cuando la cosa se pone difícil. Ahora pienso que San Silvestre es mucho mas benévolo que San Antonio, por lo difícil que se está poniendo la competición. La competición con uno mismo quiero decir, porque eso es lo que creo que es una carrera. Competir contra uno mismo, superarse y superar el esfuerzo. Competir con las ideas que te empiezan a rondar por la cabeza: dejar de correr, parar, dejarlo, pararte a tomar una caña que ya está bien y ya no puedes más, etc. Luchar contra todo eso y seguir. Sigo pensando en los santos y de pronto pienso en Rouco Varela corriendo la carrera levantadose la sotana y con zapatos y calcetines negros. Un pensamiento raro. Una cosa lleva a la otra y pienso en su sobrina, últimamente de actualidad y que no llevaría tanta ropa puesta. Vuelvo a la carrera, miro el paisaje. Me recuerda a otros tiempos. Al fin y al cabo esta zona es muy cercana a mi antiguo barrio y por aquí pasé muchos ratos, incluído el trabajar en una productora que estaba en un piso que veo desde la carrera. Me acuerdo que era una productora creada por un productor de TVE que estaba siempre haciendo pasillo, no iba nunca a la tele y a lo que se dedicaba era a hacer videos que luego vendía a la propia televisón. Un caradura vamos. Aunque yo tuve por trabajar allí oportunidad de viajar y de hacer algunos videos bastantes interesantes. Solo hace veinticinco años de aquello. Y pienso si en ese piso seguirá aquello, seguramente no. Pasamos corriendo por Casa Mingo. Y recuerdo cuando iba con mi Vespa a comprar pollos asados para llevar cuando eso era una novedad.

En cine San Pol (Cinestudio Griffith) donde ví tantos programas dobles y algún que otro maratón de cine de autor, El río Manzanares donde mi padre llevaba a mi hija María cuando era pequeña para echarle de comer a los patos, las fiestas de San Antonio, las terrazas, las estación del norte...
De esta manera va llegando el final de la carrera. Hay corredores que ya han llegado y animan a los que nos acercamos a la meta. Euforia. Una agradable sensación de haber hecho algo especial un domingo por la mañana temprano. Diez kilómetros, cincuenta y siete minutos. No es una buena marca la verdad, pero bueno, pienso que en la siguiente carrera deberé mejorarla. Hay que ver el lado positivo. Además ha sido una carrera donde más de la mitad de los kilómetros han sido de buenas cuestas. Ahora soy yo el que camino ya relajado hacia el coche y doy ánimos a la gente que sigue llegando. ¡Ánimo que ya queda poco! (no es verdad, quedan dos kilómetros de cuesta, pero hay que animar, como lo han hecho conmigo) Estiramientos, abundante agua. comprar los periódicos... Vuelvo a casa y por el camino pienso si ya se habrán levantado en casa o seguirán aún durmiendo.


6 comentarios:

Anónimo dijo...

Es un modo estupendo de pasar el domingo..está fenómeno...ánimo LUIS...y a por todas.

Charo dijo...
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Charo dijo...

Envidiable.

Hace falta tener energía interior y física para una carrera así, pero sin duda tiene sus recompensas.

Y supongo que muchas horas de entrenamiento anterior, en donde tus vivencias serán similares a las que cuentas.

Yo suelo sólo andar, pero lo hago sin música; me parece un tiempo estupendo para dejar que la calle me libere de mis pensamientos y me haga un efecto parecido al que cuentas de las sensaciones e ideas que te sugieren los lugares y personas que te vas encontrando.

Te animo no sólo a correr sino también a contarlo.

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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