domingo, 14 de septiembre de 2008

Viernes de teatro




Estuvimos el viernes viendo esta obra basada en una película de Ingmar Bergman. Se dan más las daptaciones al contrario, de teatro a cine. De todas formas parece ser que el director en principio quiso hacer una obra de teatro en lugar de una película y al parecer eso le pesó después. En cualquier caso todo el mundo sabe que las obras de Bergman están basadas fundamentalmente en el diálogo, de manera que la forma de obra teatral le va perfecto. El argumento es el tema clásico de Bergman. Las relaciones entre una pianista consagrada que se divorció de su marido, abandonando a sus dos hijas, una de ellas muy enferma. Claustofobia, muerte, odio, amor, incomunicación, todo ello con forma de sonata, ambientado musicalmente con obras de Chopin. La película yo la ví nada menos que en su estreno en el año 1978. Lo recuerdo muy bien porque me llevó mi tio Pepe, gran admirador de Ingrid Bergman y muy aficionado al cine de autor. El papel de su hija lo hacía Liv Ullman, una de las varias parejas que tuvo el director, que por cierto tuvo una vida sentimental bastante agitada, con múltiples parejas, hijos... Ahora en la obra de teatro los papeles principales (que suelen ser casi siempre femeninos) los interpretan Marisa Paredes y Nuria Gallardo. Sus papeles son un bombón para cualquier actriz, porque son realmente de lucimiento. Ellas dos lo bordan. Es una especie de duelo. La escenografía es muy sencilla pero muy eficaz, creando diferentes ambientes con tan solo una luz o un mueble. Da gusto oir a estas actrices declamar unos textos tan certeros sobre los sentimientos humanos. 

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