domingo, 11 de enero de 2009

Un vikingo en New York


Hace poco a conocí la historia de este personaje a través de la columna de Rosa Montero en El País dominical. Lo leí con detenimiento y después a través de internet consulté toda la información que pude sobre él. Me llamó poderosamente la atención. De antiguo tengo gran interés por los personajes estrafalarios y a veces me interesa más la figura de un autor que la de su obra. Me parece más interesante su vida que su obra. En este caso me interesan las dos cosas. Un hombre vestido de vikingo apostado en una esquina de la sexta avenida durante años, de forma voluntaria, como si tal cosa. Moondog era el pseudónimo de Louis Thomas Hardin (1916-1999)



Moondog decidió apartarse de la sociedad viviendo voluntariamente en las calles de Nueva York durante veinte de los treinta años que pasó en la ciudad. Vestía ropa que confeccionaba él mismo basándose en su propia interpretación del dios nórdico Thor, por lo que fué conocido durante años como "el vikingo de la sexta avenida".


También era músico y se convirtió en uno de los más célebres músicos callejeros de la ciudad. Fué compositor e inventor de instrumentos musicales. Sin embargo la música y el talento de Moondog no fué apreciada por el público hasta los últimos años de su vida. Construyó instrumentos originales de percusión con los que tocaba en la calle.


Era ciego, debido a que de pequeño le explotaron unos cartuchos de pólvora de forma fortuita. Músicos y estrellas de la época buscaban su compañía y respeto, como Leonard Bernstein, compositor y director de la Filarmónica de Nueva York y también era amigo de grandes músicos de jazz.


Nació en un pequeño pueblo de Arkansas llamado Marysville y al quedarse ciego decidió dedicarse a la música manejando dos conceptos claramente: el contrapunto y los ritmos indios del noroeste de los EE.UU.


Partiendo de estos dos elementos, y añadiendo a la receta bastantes gotas de misticismo esotérico y germánico, el inclasificable Moondog, dio vida a más de mil quinientas composiciones en las que hay absolutamente de todo, o de casi todo para ser exactos: temas de orientación jazzística, músicas concebidas para sonar en plena calle, o para hacerlo interpretadas por orquestas cercanas a lo exigido para las composiciones llamadas clásicas, o temas con estructura e inspiración semejante a los madrigales, etc..., pero todo formando parte de una obra nacida para transgredir lo transgresor.

He encontrado en internet prácticamente toda su discografía y la estoy escuchando estos días también mientras escribo esto y he de decir que es una música especial, adelantada y no me extraña que músicos como Terry Ripley, Philip Glass y demás minimalistas reconozcan su influencia. No me extraña que le admiraran ya que Moondog sostenía que su ambición como compositor era conseguir "el arte de esconder el arte, el máximo efecto con los medios mínimos.


Moondog murió en 1999 a los 83 años, pero sus discos todavía se editan y se distribuyen. Acaban de publicar una biografía sobre él. A pesar de ser ciego y raro debía tener tirón con las mujeres pues se casó dos veces, tuvo una hija y mantuvo varias relaciones sentimentales estables.










Mi respeto hacia Moondog. Mi admiración a personas que viven su vida completamente. Libres, originales, diferentes, aportando algo nuevo al mundo. Este blog va sobre cosas que me parecen interesantes, sobre personas que me lo parecen y que han pasado por el mundo haciendo algo fuera de lo común. Moondog lo hizo. Vaya mi admiración y mi respeto.



1 comentario:

Charo dijo...

Me gusta, su historia y su música son muy originales.

Se ve que te has documentado muy bien sobre el tema.