domingo, 15 de agosto de 2010

Lecturas de verano 2


Este ha sido el libro del verano en casa. Pero por polémico. Después de que Maria Isabel escuchara una entrevista en la radio con el autor y yo leyera algo sobre el libro seguramente en la revista Qué Leer, en Babelia o similar, lo compré. Lo leyó primero ella, se horrorizó durante su lectura, me comentaba cosas y en cuanto ella lo terminó lo leí yo. Hemos hablado sobre el libro y prácticamente estamos de acuerdo en casi todo. Es un extraño libro en el que el autor hace un repaso de la vida con su padre, de la relación que ha tenido con su padre desde que era niño hasta que el padre hace poco murió. El libro tiene dos partes claramente diferenciadas. La primera parte es la relación con su padre desde niño, cuando su padre se separó de su madre y sus encuentros fueron los de hijo de padres separados. Desde el principio Giralt recuerda las ausencias del padre y la rabia que él iría acumulando todo ese tiempo. Es un relato descarnado, yo diría que impúdico, en el sentido de que retrata en todo momentos los fallos, defectos y errores del padre pero sin mirar en ningún momento su propio ombligo. Entiendo que en un primer momento el hijo de un padre que no está en casa puede desarrollar cierto sentimiento de aversión y de rabia, pero a Giralt se le nota mucho más que eso, o al menos parece que siente verdadero resentimiento hacia el padre. Por otro lado en sus propios recuerdos habla mucho del tiempo pasado con él, de manera que no parece que hablemos de un cierto abandono, sino del clásico tiempo de padre e hijo separados en el que el padre intenta acercarse a su hijo, pero por lo que parece el autor no estaba mucho por la labor.

Hijo único, carga las tintas contra el padre sin apenas nombrar a la madre, de la que poco sabemos sobre su papel en toda esta historia. De fondo aparece como sufridora pero no conocemos muchos más detalles. Mientras el hijo sigue haciendo repaso de su padre sobre lo mal que se portó con él y sobre la opinión negativa que tenía sobre él y sobre su forma de actuar, en algunos casos de manera casi ofensiva, como que estaba obeso, que le manipulaba su segunda mujer, etc, el lector empieza a tener cierta simpatía por la figura paterna y lo contrario por el hijo. Porque como digo aunque él recuerde casi todos sus encuentros con cierto desdén cuando menos, el caso es que el padre le llama, le invita a comer o apasar las vacaciones y por lo que se deja entrever no parece el mal tipo que el autor de Tiempo de Vida se esfuerza en esta primera parte en exponer.
Una obra de Juan Giralt, pintor reconocido y padre del autor.

Su padre era pintor, tiene cierta vida bohemia, viviendo con becas, las exposiciones que realiza o alguna que otra actividad. Yo no sabía de él, pero a raiz de leer este libro he mirado por internet y verdaderamente era un pintor interesante, que tuvo su reconocimiento, aunque quizá no el que todo artista quisiera.

Juan Giralt en su estudio.

Este libro es de una sinceridad poco usual, de una desnudez fantasmagórica. Pero cuidado, porque no estoy hablando en absoluto del llamado vómito testimonial: esta es una obra muy sofisticada, muy literaria, comenta Rosa Montero en su crítica de El País. Bueno ¿que diferencia a este libro de una entrevista con el autor en Salsa Rosa? ¿el hecho literario?¿la obra sofisticada? ¿Porqué si no se nos caen los anillos en reconocer a primera vista un programa basura del corazón ¿porqué ningún crítico habla de libros basura? o libros que no se tenían que haber escrito, libros que tenían que haberse quedado para la intimidad,  igual que los comentarios de las estrellas de la telebasura no se tenían que haber retrasmitido por el costoso medio de televisión. ¿cuánto cuesta publicar un libro? En mi opinión el libro no contiene más que algunos pasajes donde se vean claramente valores puramente literarios -alguna frase un poco preparada para el efectismo hay- pero ¿es una obra muy muy literaria? yo diría que no.


En la segunda parte el padre contrae una enfermedad mortal. Los médicos predicen un Tiempo de Vida y el autor decide encargarse de él, ayudarle y pasar ese tiempo de vida lo más cerca de él. Esto es encomiable desde luego, pero el autor cae en otra trampa de su propio ego: escribe el relato del tiempo que pasa con su padre, de lo mucho que lo cuida, en definitiva de lo mucho que hace por él. De nuevo el relato vuelve a las andadas, el castigo, la pena, la redención, todo ello con un protagonista: el autor, porque él aparece como benefactor, cuando en realidad está haciendo lo que debe, lo que tantas personas hacen cada día y no lo van pregonando por ahí, ni poniéndose medallas. Vuelvo a pensar que es un relato impúdico ¿amoral? ¿porqué contar todo lo bueno que yo he hecho por alguién que se portó tan mal conmigo?¿debo contarlo?¿pierde toda razón de ser por el solo hecho de narrarlo en un libro? Ya, es que es un libro y tiene valor literario...
En fin, es este un texto terrible de leer, donde se ve tan de cerca el rencor hacia una persona, que además es el padre. Es un libro triste. Desde luego yo lo leí del tirón, no sé si por morbo o por otra cosa. Hacia el final del libro el autor comenta que va a ser padre, es de esperar que tenga mejor suerte o que sea verdaderamente un padre modelo, aunque lo veo difícil. Cuando su hijo lea este libro tal vez le diga: ¿papá, realmente era así el abuelo?
Marcos Giralt Torrente, nieto del famoso escritor que tanta familia tuvo ha escrito un libro que no creo que guste precisamente a la familia desde luego -aunque supongo que le dará igual- y en definitiva a nadie que conociera a su padre ya que su recuerdo no queda bien parado, aunque él halla conseguido liberarse de los demonios que le pudieran atormentar. .
Me he hecho más frágil, me he hecho más triste, me he hecho más temeroso, me he hecho más escéptico, me he hecho más viejo comenta en un párrafo.
Ya, pero después de todo era su padre. Eso no se hace.
Puesto que esto es sólo una opinión recomiendo la lectura del artículo de Rosa Montero de El País, donde ella expone -mucho mejor escrito claro- su opnión favorable -al contrario que la mía-  hacia el libro.

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